sábado, 23 de abril de 2016

Jasenovac: el genocidio silenciado


Fuente: http://farm6.static.flickr.com/5635/22776790977_93b04fc9be.jpg



Un 22 de abril hace 71 años, fue cerrado uno de los campos de concentración más violentos que hayan podido imaginarse en el continente Europeo. No hablamos de un campo de concentración en la Alemania nazi o dentro de los límites del III Reich. Se trata de la parte menos conocida del Holocausto y que más se ha silenciado en la historia reciente.

El 10 de abril de 1941, fue proclamado el Estado Independiente de Croacia (NDH) tras la invasión nazi del Reino de Yugoslavia. Este fue un Estado títere de los nazis liderado por Ante Pavelic. Pavelic fundó en 1929 el movimiento fascista Ustasha (Movimiento Revolucionario del Levantamiento Croata). Los ustasha, en aquel momento considerado como grupo terrorista racista y ultranacionalista, aspiraban a la creación de la Gran Croacia. 

Con la ayuda de los nazis, Ante Pavelic se constituyó como poglavnik (caudillo) del nuevo Estado títere de Croacia. La Croacia de los ustasha no solo tenía un carácter expansionista en los Balcanes sino que su proyecto constituía la eliminación de toda aquella persona considerada no croata. Para que lo entendamos mejor, la Croacia ustasha era la versión ultracatólica del nazismo que contaba con el beneplácito del mismo Vaticano. El Estado Croata proclamaba la pureza del verdadero croata católico y nacionalista. El fin del Estado consistía en la eliminación de los serbios ortodoxos, los judíos, gitanos y partisanos simpatizantes con los movimientos socialistas.

De esta manera la persecución de serbios, judíos y gitanos se fue acrecentando así como se fueron construyendo campos de concentración. El campo de Jasenovac, construido en agosto de 1941 en la localidad croata del mismo nombre. Cientos de miles de personas fueron deportadas a los campos de trabajo forzado de la Croacia ustasha, de los cuales casi ninguno saldría vivo. También fue creado el campo de Stara Gradiska solamente para mujeres y el de Sisak, solo para niños. El régimen fascista y ultracatólico de los ustasha fue el primero en establecer campos de exterminio solo para niños.


Las cifras de muertos no son certeras debido a la ocultación de los datos a lo largo de todos estos años y la falta de documentos tras la destrucción del propio campo. Pero se estima que perecieron alrededor de 800.000 personas, la inmensa mayoría de ellos serbios, por el hecho de ser serbios y ortodoxos. Serbia era considerada la antítesis del proyecto de la Gran Croacia y el mayor enemigo de los ustasha.

Uno de los mayores ideólogos de los múltiples métodos de exterminio de niños y mujeres fue el sanguinario Vjekoslav (Maks) Luburic, conocido como Maks el carnicero, el cual tras el fin de la Segunda Guerra Mundial fue exiliado en Carcagente (Valencia) España gracias a la colaboración de Francisco Franco y la ayuda de la Iglesia Católica del momento.

Así Jasenovac se ha considerado como el más oscuro secreto del genocidio en Europa. Las maneras más inimaginables de exterminio se implementaban de la mano de la fiebre sádica y psicópata de los ustasha. Adultos y niños eran asesinados bajo un terrible sufrimiento. Militares ustashas con la misma sed asesina de Luburic, no solo fusilaban a sus presos sino que también los descuartizaban, quemaban vivos en hornos crematorios, en piletas de cal viva, arrojaban al río Sava, experimentaban con ellos, violaban a las mujeres y abrían el vientre de las embarazadas, y utilizaban su arma estrella, una especie de guante con un cuchillo de carnicero pegado con el que degollaban a la inmensa mayoría de sus prisioneros. Comúnmente fue llamado srbosjec, traducido como cortaserbios.

Las muertes se sucedían no solo por estos métodos o en cámaras de gas, sino también por envenenamientos, golpes en la cabeza con mazas o desmembramientos entre muchos otros métodos brutales. 
Resulta especialmente enfermizo el asesinato de niños. El plan del militar Maks Luburic consistía en salvar solo a un tercio de los niños serbios, los cuales, despojados de sus familias que irían a ser exterminadas, serían purificados y transformados en verdaderos croatas ustasha, bautizados por la Iglesia católica y criados por familias ustasha. El resto serían internados en conventos de monjas y exterminados de las maneras más brutales en el campo de concentración de Sisak, o muertos por tifus u otras enfermedades o por inanición. Se estima que murieron alrededor de 20.000 niños tanto serbios como judíos o gitanos.
Según testimonios de supervivientes en Sisak, los ustasha degollaban sin piedad a cada niño, los bebés eran estrangulados, golpeados contra el suelo o pisados hasta la muerte, En los orfanatos, dirigidos por monjas católicas, aquellos niños internos eran brutalmente asesinados con mazazos en la cabeza hasta quedar irreconocibles. Los relatos son verdaderamente estremecedores y gráficos, y fácilmente revuelve el estómago a cualquiera.

De hecho, en una visita oficial del representante de Hitler, el general Von Horsteneau, su chófer oficial en Jasenovac, Arthur Hefner escribió en noviembre de 1942 sobre el campo como "uno de los campos más horribles, que solo puede ser comparado con el infierno de Dante". Los propios nazis estaban horrorizados del tratamiento brutal que recibían los prisioneros y los métodos de exterminio enfermizos de los militares croatas.

Los supervivientes cuentan que el río Sava llegaba a Belgrado siendo un río de cadáveres, teñido en sangre de los miles de cadáveres arrojados cada día tras ser degollados o descuartizados en vida. La vida para el prisionero no tenía ningún valor. El plan de purificación de la Croacia católica apostólica romana se estaba llevando a cabo tal como el régimen ustasha deseaba, y fue aplaudida por la misma Iglesia Católica. 
El arzobispo de Zagreb, Aloysius Stepinac, fue uno de los mayores apoyos católicos al genocidio serbio, judío y gitano. Stepinac llamaba a las armas y al exterminio para extender el catolicismo. Paradójicamente, fue beatificado en 1997 por el Papa Juan Pablo II. 

Tristemente, desde el desmantelamiento de Jasenovac el 22 de abril de 1945 tras la liberación por parte de los partisanos yugoslavos, se ha minimizado su importancia a pesar de ser el tercer campo de exterminio del mundo en número de exterminados. 
El mariscal Jozip Broz Tito, croata y católico practicante, acabó con los horrores del régimen ustasha pero la historia de Jasenovac quedó en gran parte relegada al ostracismo.
Muchos de los militares ustashas se exiliaron en Argentina y España, recibieron penitencia de parte del Papa Pío XII y vivieron sin ser juzgados.
El dictador ustasha Ante Pavelic, vivió en Italia, Argentina y finalmente en Madrid con su mujer hasta su muerte en 1959. Maks Luburic, como anteriormente mencionamos, vivió en Carcagente, en la provincia de Valencia bajo el falso nombre de Vicente Pérez García. Allí vivió bajo la protección de Franco, tuvo familia hasta que fue asesinado en 1969 por Ilija Stanic, supuesto agente del servicio secreto de la Yugoslavia de Tito.

En cierta manera, muchos de los criminales del campo de concentración de Jasenovac quedaron impunes, unos pocos fueron juzgados en Nuremberg o ajusticiados por la Yugoslavia socialista, pero oficialmente no existe un reconocimiento formal del genocidio en los Balcanes. 
El régimen ustasha aniquiló al 10% de la población del antiguo Reino de Yugoslavia previo a la Segunda Guerra Mundial, Casi todos los enclaves de campesinos serbios en Croacia desaparecieron bajo el halo de la purificación racial, es decir, de la limpieza étnica.

Hoy día, poco se sabe de este campo de concentración y del régimen ustasha. El 10 de abril, hay una conmemoración en Zagreb en la que representantes del gobierno llevan flores a la tumba de los militares caídos por la llegada de los partisanos de Tito. El gobierno actual croata minimiza la importancia y trata de borrar lo que ocurrió durante un período tan oscuro para Croacia, Serbia y la región de los Balcanes. Sabiendo que posteriormente se daría la violenta desintegración de Yugoslavia, es difícil conciliar la memoria histórica y el deseo de integración en la Unión Europea de estos países. Croacia ya lo consiguió en 2013. 

Existe un memorial en Jasenovac, la escultura Stone Flower, construida en 1966 donde cada Abril se recuerda a las víctimas, cada año con menor afluencia. A pesar de la pérdida de importancia de los crímenes y la poca valoración por parte del gobierno croata hoy día, todavía quedan víctimas que claman por la memoria histórica y por una justicia que no van a tener ya que la historia se cuenta desde un lado de la frontera pero no se escucha la del otro lado.

Para mayor información sobre Jasenovac, dejo aquí varios enlaces a webs, artículos y documentales que me han servido para recopilar los datos en este artículo:

Sitios web (todos en inglés):

http://www.jasenovac.org/whatwasjasenovac.php
http://www.serbianholocaust.org/
http://www.holocaustresearchproject.org/othercamps/jasenovac.html
http://www.veteranstoday.com/2013/01/20/jasenovac-the-cruelest-death-camp-of-all-times-26/
http://www.rastko.rs/cms/files/books/47cec18d78325
http://www.srpska-mreza.com/History/ww2/book/Lukajic/Borislav_Sheva.html
http://www.jusp-jasenovac.hr/Default.aspx?sid=6468

Videos documentales:

https://www.youtube.com/watch?v=513VOo5P63Y  (en serbocroata, subtitulado en inglés)
https://www.youtube.com/watch?v=dHwo8HphvLI  (en serbio)
https://www.youtube.com/watch?v=VysDNu6X0sA (en inglés)
https://www.youtube.com/watch?v=KUjUJTX1rCE (documental en español de Informe Semanal sobre el asesinato de Maks Luburic en España)





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